Publicado por Editorial en fecha 21/10/04 para
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Reservados ASOCIACIÓN ARGENTINA DE COMPAÑÍAS DE
SEGUROS FUNDADA EN 1894 Miembro de la Federación Interamericana
de Empresas de Seguros (FIDES) 25 de Mayo 565 (1002) Buenos Aires Discurso
del Presidente de la Asociación Argentina de Compañías de
Seguros Sr. Roberto Sollito en la celebración del Día del Seguro
y del 110º aniversario de la AACS - 20 de octubre de 2004
Este
año celebramos el día del Seguro con la particular circunstancia
de festejar nuestro 110 aniversario y de realizar este acto conjuntamente con
las asociaciones de aseguradores del interior, de vida y retiro y de riesgo del
trabajo, cuyos presidentes nos acompañan en el estrado. De esta forma
queremos destacar la unificación de los empresarios de nuestro sector mediante
la creación del COMITÉ ASEGURADOR ARGENTINO, integrado por las cuatro
Cámaras aseguradoras más representativas del mercado, quienes en
conjunto suman cerca del 100 % del primaje total. Este hecho representa un acto
de gran madurez y compromiso del sector empresario asegurador. Algunos de nuestros
principales objetivos son: unificar nuestra representación; contribuir
a fomentar la conciencia del seguro en la Argentina; contribuir al desarrollo
de un mercado asegurador altamente profesional y con elevado estándares
en calidad de servicios; participar con la sociedad argentina en la defensa del
valor de la vida humana a través de la promoción de acciones de
prevención de accidentes y educación vial, contribuyendo así
al logro de un ámbito de mayor seguridad ciudadana. Fue en 1894 que
un grupo de aseguradores, presididos por D. Josué Moreno, se reunieron
en el local de la calle Florida para suscribir el acta de fundación de
lo que hoy es la Asociación argentina de Compañías de Seguros.
Han sido 110 años de una fecunda y sólida tarea para lograr una
actividad aseguradora basada en los sanos principios del cumplimiento de los compromisos
asumidos y de las buenas prácticas empresarias basadas en la libre competencia. Los
aseguradores hemos contribuido a lo largo de nuestra historia a consolidar el
proceso de desarrollo económico y social de nuestro país y lo continuaremos
haciendo. Para ello es imprescindible contar con un entorno adecuado que garantice
y promueva dicho desarrollo. Hoy más que nunca se requiere de un fuerte
compromiso de los ciudadanos, fuerzas políticas, autoridades y gobernantes
destinado a respetar y hacer cumplir las leyes. Se requiere de un marco de seguridad
jurídica y el funcionamiento de un sistema democrático moderno que
haciendo previsible la actividad en todos sus campos, posibilite un fuerte aumento
de las inversiones en la integridad de las áreas del quehacer nacional.
Con ello lograremos un significativo aumento del nivel de empleo y de los ingresos
de la población, bajando de esa forma los índices de pobreza en
indigencia vigentes, los cuales son socialmente intolerables y conspiran contra
el desarrollo armónico a largo plazo. No menos importante es generar
ámbitos de seguridad par nuestros habitantes que den tranquilidad y generen
espacios adecuados donde realizar sus actividades. Es en este campo donde vemos
con preocupación los hechos cotidianos de delincuencia en todas sus modalidades,
siendo los más preocupantes los secuestros de personas por las consecuencias
personales y familiares que implican. Este flagelo afecta no solamente los bienes
sino también la vida de las personas, especialmente la de menores ingresos,
quienes no cuentan con los medios para protegerse. El estado argentino, quien
monopoliza el uso de l fuerza, debe urgentemente recuperar los espacios públicos
para los ciudadanos. Si bien reconocemos que se han logrado avances importantes
en materia de la disminución de robo de autos a partir del control de los
desarmaderos ilegales, hecho que destacamos, vemos que aún quedan acciones
por ejecutar a fin de reducir estos robos, los cuales, no debemos olvidarnos,
generar un número de muertos significativas. Es importante mencionar los
hechos de piratería del asfalto, los cuales no han disminuido, y generan
un fuerte quebranto a todas las actividades productivas. Los aseguradores hemos
colaborado con las autoridades en estas acciones y lo seguiremos haciendo en todo
lo que esté a nuestro alcance. No debemos dejar de manifestar nuestra
preocupación por el elevado número de muertos que se producen anualmente
por causa de accidentes del tránsito. En la argentina fallecen, en promedio,
unas 30 personas por día. Las muertes anuales han crecido de 8781 en el
año 2001 a 11084 en el año 2004. El número total de muertos
por cada millón de automotores en circulación en nuestro país
es de 5 a 8 veces superior al de los países europeos y Norteamérica.
Mientras en estos países se observa una significativa reducción
de este indicador en los últimos diez años, en Argentina ha crecido.
Hay legislación vigente que permitiría encarar las acciones de prevención
y educación vial, pero lamentablemente debemos mencionar el incumplimiento
y falta de control en aspectos claves establecidos en la Ley de Tránsito.
Es importante destacar que cerca de la mitad de los accidentes laborales se producen
in itinere como consecuencia de lo ya mencionado. La sociedad argentina gasta
elevados montos en la recuperación de las personas que han sufrido accidentes
de tránsito. Este gasto podría destinarse a financiar otras actividades
de la sociedad, tales como educación y salud, mejorando el bienestar general. No
podemos dejar de mencionar el déficit existente en educación e investigación,
para, lo cual se debería acordar una política de Estado cuya implementación
cuente con la asignación de los fondos necesarios. El desarrollo y progreso
futuro del país esta íntimamente relacionado con la inversión
educativa. Nuestra actividad necesita de un régimen impositivo, acorde
con los vigentes en otros países del mundo, que lejos de castigar a la
actividad aseguradora, a través de su elevadísima presión,
fomente el crecimiento a partir de un abaratamiento del precio final que incentive
la demanda de nuestros seguros. Desafortunadamente, en este último año
el sector ha sido gravado con nuevos impuestos, como el de la tasa para bomberos,
contribución que no objetamos pero que ha sido instrumentado, desde nuestro
punto de vista, de una manera totalmente inadecuada. La Industria del Seguro
celebra y alienta la acción oficial para combatir las prácticas
de lavado de dinero en nuestro país. En este sentido comprometemos nuestro
firme apoyo a esas tareas, descontando que los mecanismos de control a implementar,
no se transformarán en obstáculos que terminen atentando contra
la comercialización de nuestros productos. Vemos con satisfacción
que la negociación de la deuda en default esté llegando a su etapa
final. Este hecho permitirá darle un marco de previsibilidad a la actividad
económica e impulsará su crecimiento futuro. En nuestra actividad
el default comenzó en el año 1992 como consecuencia de la insolvencia
del IndeR. Hoy a más de 10 años no se terminó en forma definitiva
su liquidación. Reclamamos nuevamente su urgente finalización. Respecto
del sistema de riesgos del trabajo a ocho años de su vigencia, me cabe
decir que la Ley sobre Riesgos del Trabajo ha obtenido una serie de resultados
concretos tales como: haber evitado más de 400.000 siniestros gracias al
trabajo conjunto de empleadores, trabajadores, Estado y ART; atender en forma
plena y oportuna a más de 3,2 millones de trabajadores accidentados; dirimir
controversias en un plazo promedio de 42 días para lo que es primera instancia;
otorgar prestaciones comparables a las de Estados Unidos y España; pagar
prestaciones dinerarias por incapacidades definitivas en un plazo de 15 días,
todos logros positivos corroborados por los satisfactorios indicadores obtenidos,
de un 87% para los empleadores y un 82% para los trabajadores. Sin perjuicio
de lo anterior, hoy por razones exógenas al mismo, se encuentra en una
encrucijada en la cual si desde el Estado no se actúa en la dirección
correcta puede reeditarse una situación no deseada como la sucedida hace
escasos 8 años, cuyo principal protagonista fue la litigiosidad padecida
por las empresas, beneficiarios, aseguradoras y por parte del propio Estado a
través de su reaseguradora que aún limitando la cobertura a través
de medidas tales como montos máximos, franquicias, con exclusiones nominativas
de empresas, actividades económicas y también provincias, no pudo
evitar su monstruosa quiebra. Por imperativo ético es mi deber advertir
que en las condiciones actuales, no es factible con procedimientos técnicos
y actuariales, propios del seguro, establecer una prima que resarza de las múltiples
eventualidades posibles. Por lo tanto, tampoco es asegurable hasta tanto el Estado
restablezca el equilibrio. Remarcamos enfáticamente, que frente a los problemas
que se han generado en el sistema de riesgos de trabajo, los aseguradores no volveremos
a un pasado donde las aseguradoras perdieron sumas significativas debido a lo
que conocimos como la industria del juicio. Debe existir previsibilidad para que
se pueda aplicar la técnica aseguradora y aceptar los riesgos que se quieran
cubrir. Quienes no entiendan este concepto ponen en serio peligro la continuidad
de muchas empresas, especialmente las PYMES. Finalmente, nuestro reconocimiento
al Dr. Claudio Moroni quien se hizo cargo de la conducción de la Superintendencia,
en momentos de una profunda crisis económica. Su adecuada y eficiente gestión
nos permitió atravesar esa difícil coyuntura. DR. MORONI le deseamos
éxito en su nueva tarea a cargo de la Sindicatura General de la Nación.
Asimismo queremos destacar nuestro apoyo y colaboración al nuevo Superintendente
Licenciado Miguel Baelo, a quien también le deseamos éxito en su
nueva función. Copyright (C) 2004 Segurosaldia.com - Todos los derechos
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