SEGUNDO SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN DIRECTA Y PERICIA DE FRAUDES DEL SEGURO Y ACCIDENTOLOGÍA VIAL – Parte VII
“LOS INVESTIGADORES NO SON MAGOS”
Si una cosa asegurada no es la que correspondía, no se puede delegar al investigador como responsable de conseguir el desistimiento del fraude, dice el CNEL. (RE) DN. VÍCTOR HUGO RODRÍGUEZ, en su exposición “El ciclo de la investigación del fraude del seguro en el camino del delito”. Con temperamento y hasta enojo, advierte sobre el fraude en la actualidad y en el futuro. Explica un ciclo de inteligencia de cinco fases que debe seguir el investigador con ayuda de las compañías.
Por Vanesa Patrignani
Víctor Hugo Rodríguez reflexiona sobre la época que se está viviendo donde no existe el tema del fraude en forma específica, sino que existe como una concepción generalizada en todos los ámbitos. Son fraudulentos los investigadores, los productores, los abogados, los jueces, los interceptores, los empleados, los peritos, etc.
El Coronel acusa a la clase dirigente como la única responsable de todo lo que ocurre. Habla de una falta de valores, de una indisciplina generalizada, donde se está destruyendo la célula básica de la comunidad, la familia. Alerta a las aseguradoras sobre la juventud por un fracaso rotundo en los trabajadores de la educación, donde se genera una juventud sin límites que va a ser la que genere más fraude en el futuro.
Presenta un ciclo de inteligencia que recorre las fases de la investigación, definido como un proceso que recorre un camino ordenado, consecutivo y permanente, y que tiene como objetivo arribar a conclusiones que permitan obtener el desistimiento.
Este ciclo de la producción para detectar el fraude consta de cinco pasos:
El disparador: es la empresa la que dispara la investigación. Y debe ser ella la que cuando entregue a un investigador los elementos, no sea sólo la denuncia, sino toda la información, ya que es la primera fuente de información del investigador. El investigador debe exigirle toda la documentación; se le pide a la empresa que oriente la investigación, que fije la misión en tiempos, en espacio o en personas. La ruta del investigador es un proceso: para llegar a una conclusión hay que seguir un proceso determinado.
El planeamiento: aquí el investigador trabaja en el escritorio donde busca los objetivos de la investigación donde aparecen elementos básicos, específicos y especiales traducidos en personas, tiempos, espacios y fuentes de información, que emanan de todo el siniestro que se va determinando. Hacer una investigación es sencilla para un buen investigador, no quiere decir que sea fácil, sino porque en el seguro, la verdad radica en el asegurado, en el tercero, en el lugar del hecho, en el peaje, en la ambulancia, en el hospital, en la policía y en tres o cuatros fuentes más, ahí está la verdad. No todos los asegurados son fraudulentos ni están organizados en mafias.
Los análisis dan como resultado una cosmovisión general de todos loas actores, de todas las fuentes de información que actuaron; es la confrontación de las actividades de la fase inicial y terminal del siniestro. La planificación incluye un plan de preguntas que lo va a ir consolidando, es preciso identificar elementos antes de dirigirse al lugar del hecho.
El terreno: cuando el investigador sale al terreno, debe salir con dudas. Se trata de un itinerario centrípeto, donde en el centro se encuentra el fraudulento (el asegurado, el tercero o el productor). Es una región de la investigación bajo control propio del investigador, hay libertad de acción para ir al terreno, tomar el tiempo y analizar.
El plan es bueno en tanto sea flexible y adaptable a las condiciones propias de cada terreno, donde se buscan las pruebas irrefutables del hecho. En esta fase, normalmente al investigador le aparece la verdad, y se sabe que se está en presencia de un fraude donde urgentemente se busca un escribano.
Zona calma: es donde una vez respondidas las preguntas del planeamiento, hay que persuadir para firmar, hay mucho tiempo para escuchar pero poco tiempo para firmar. Se tiene la información y eso da poder; debe haber eficacia para convencer y el éxito es la firma; se negocia para obtener y se negocia para firmar; el plan es activo y competitivo sobre lo que se niega. Se requiere persuasión para hacer hablar al fraudulento, intuición y confrontación para comunicar; hay que utilizar la sorpresa. Uno es un solucionador de problemas.
Reconocimiento del fraude: en esta etapa todos los actores se oponen al investigador; los investigadores siempre son retirados por los abogados hasta que le muestran las pruebas y los abogados firman. El investigador sabe la verdad, sus aliados son la información, el poder y la sorpresa; el único enemigo es el tiempo.
Poder: es la capacidad humana para influir en los demás, aquí es la negociación conflictiva, ganar; es la capacidad de producir el efecto deseado.
Los investigadores tienen la verdad, tienen un poder neutro no corrosivo. Es la capacidad de incidir en el comportamiento del fraudulento. Es una tarea dificultosa, hay que salir tácticamente a la rendición del fraudulento, hay que ser prudente y razonable, pero hay que arriesgarse para no perder la firma. No es una amenaza, sino que con decencia se debe mostrar la verdad.
El investigador utiliza el símbolo de la empresa para lograr la firma, hay que mostrar la presencia de un pacto para desalentar al fraudulento de seguir con un reclamo ilegítimo.
Hay que manejar la norma de la reciprocidad, no hay que presionarlo.
Los investigadores no son magos; si las compañías no toman conciencia de denunciar cuando tienen los elementos, no deben reclamarle a la justicia.