El momento de prevenir es ahora. (Parte 1)
El pasado miércoles 7 se desarrollo, en el auditorio del Banco Nación, este seminario centrado en la problemática de la salud y seguridad en el trabajo. Las diferentes charlas estuvieron centradas, básicamente, en la industria de la construcción, sin dudas el sector con más siniestralidad en lo que se refiere al ámbito laboral.
El pasado miércoles se llevó a cabo, en el Salón Auditorio del Banco Nación, La jornada sobre Salud y Seguridad en el trabajo: El momento de prevenir es ahora. Entre los principales expositores estuvieron el Dr. Héctor Verón -Superintendente de Riesgos de Trabajo-, el Lic. Ricardo Fraboschi -Coordinador del Proyecto BID, IERIC, FUTSAT y Asesor de la Mesa Ejecutiva de la Cámara Argentina de la Construcción-, Luis Alves Dias -Colaborador de la JCSMA Y OIT-, Héctor Upegui García Investigador y Consultor Munich Re Alemania- y Cecilia Cornelio -Departamento de investigaciones en Salud Laboral. La jornada estuvo centrada, básicamente, en lo que se refiere a la gestión de la construcción, sector de la industria donde se pueden ver las mayores curvas de siniestralidad.
Con respecto a esto hay que decir que, desde el año 2001, se puede apreciar notoriamente la actividad laboral en el sector de la construcción, mostrando un fuerte retroceso en el avance que el país había logrado experimentar en esta materia.
La crisis económica y los subcontratistas fueron los factores que más influyeron. En este sentido, se puede afirmar que » el país se quedó retrasado con respecto a los sistemas constructivos más modernos», explica Fraboschi.
En relación a esto, Fraboschi presentó en la conferencia el proyecto BID FUTSAT IERIC, diseñado, básicamente, a diseñar y provocar una cultura orientada hacia la prevención. En la estructura básica del programa, se prioriza la problemática de la salud y seguridad laboral desde el diseño, no desde la ejecución. Desde el punto de vista comercial, la importancia del énfasis en el proceso de diseño radica en que es más sencillo, de este modo, provocar una reducción en los costos.
Este programa está enfocado, básicamente, en los empresarios, profesionales y técnicos de esta industria y tiene, como dos de sus principales objetivos, valorar y cuantificar económicamente las consecuencias de los accidentes laborales y valorar la importancia competitiva de una empresa con bajo riesgo de accidentes. Evidentemente, se trata de un programa enfocado, básicamente, a mejorar la calidad de vida de los empleados. Para esto resulta fundamental, según Fraboschi, conocer el marco legal destinado a proteger la salud y la seguridad laboral de la construcción y, también las responsabilidades propias de cada actor del sector. «Las PYMES, por ejemplo, no saben cuáles son sus protecciones laborales establecidas por la ley; hay un desconocimiento de la problemática. Es fundamental conocer este marco legal», afirma Fraboschi.
Sin embargo, a la hora de hablar de normativas en lo que se refiere al ámbito de la seguridad laboral, lo más importante es remarcar y conocer el rol de la SRT y las ART, las cuales controlan el 95% de la afiliación en el sector de la construcción. A pesar de esto, no se puede dejar de decir que el » 50% de los empleados de esta industria está en negro, mientras que el otro 50% está en gris», explica Frabschi. Esta observación, evidentemente, marca un panorama totalmente corrido de cualquier normativa laboral y bastante alejada de lo que sería un ideal en el trabajar diario.
Con respecto al alcance del programa, hay que aclarar que el BID promociona estos programas sólo una vez, por lo que, actualmente, se está en la búsqueda de dinero que puedan aportar los diferentes actores del sector para poder continuarlo. En este sentido, hay que decir que se trata de un programa federal, tal como es el sector de la construcción, ya que se extendió a todo el país. La provincia en donde más repercusión se vio fue Mendoza, aunque el interés por este programa está centrado, básicamente, en las pequeñas ciudades del interior del país, donde el sistema de construcción se vio colapsado por el auge de la industria del agro.
La metodología del programa fue activa, basada en el relajamiento de obras y datos a partir de la realidad diaria de profesionales y empresarios del sector. Esta recolección de datos se realizaba a través de guías de auto evaluación, fotos, etc.
Como balance final, el programa muestra que se hicieron 135 cursos entre profesionales y técnicos, los cuales contaron también con una gran cantidad de participación de obreros en una masiva cantidad de lugares. Para lograr este considerable grado de participación, fue fundamental el boca a boca y todo tipo de comunicación informal.
Evidentemente, el proyecto y la implementación de este programa tienen como objetivo optimizar políticas que apunten al mejoramiento de la problemática de la salud y seguridad laboral. Lograr este objetivo en el sector de la construcción, la industria más precaria en lo referido a derechos laborales, debe ser considerado el puntapié inicial.
Salomé Zamora.