Aumento en las demandas por mala praxis: El beneficio de la demanda fácil (parte 1)
Las demandas por casos de mala praxis han sufrido un aumento notorio en los últimos años. Muchos son los factores que inciden en esto pero, sin dudas, el marco jurídico argentino es el que más influye. Una situación que alarma tanto a médicos como a algunos juristas.
El sistema de salud de nuestro país se está enfrentando, desde hace algún tiempo, con una realidad preocupante que amenaza con afectar seriamente a la actividad médica: el aumento notorio de juicios por casos de mala praxis médica.
Si bien las estadísticas indican que llega a demostrarse mala praxis profesional tan sólo en el 25% de las demandas iniciadas, el grado de litigiosidad por este tema mostró un aumento más que preocupante tanto para el sector médico como, también, para el jurídico. A pesar de que sólo prospera 1 de cada 4 juicios iniciados por esta causa, esta tendencia, lejos de insinuar algún tipo de estancamiento, pronostica un incremento aún mayor del que se está percibiendo hasta el momento. Según muestran los números, en la actualidad el 20% de los 100000 médicos argentinos matriculados afronta algún juicio de este tipo, aunque no se desmiente que, dentro de una década, estos valores aumenten hasta alcanzar a 8 de cada 10 profesionales.
La situación, como se puede ver, es grave. Según declara Pablo Blanco, Jefe de Planeamiento Comercial de SMG Seguros, del grupo Swiss Medical, se prevé que para el período 2001/2010 se lleguen a constatar 6600 demandas judiciales en el país, con un monto de 2600 millones en concepto de sentencias condenatorias. Esto hace que se proyecte un promedio de $394000 por demandado.
Vale aclarar que, según un relevamiento realizado en los hospitales públicos de Capital, los obstetras son los especialistas más afectados por este tipo de demandas, registrando el 26% de los litigios, pero también presentan cifras importantes los cirujanos -25%-, los traumatólogos -14%- y los pediatras -10%-. Este cuadro, que marca un contexto jurídico de alta peligrosidad para la actividad médica, instaló preocupación por lo que se considera el comienzo de una industria del juicio. Si bien muchos médicos y profesionales relacionados con la actividad legal hablan de demandas abusivas, tanto en cantidad como en los montos involucrados, no son pocos los que reniegan de este temor tan instalado y prefieren hallar causas en otro tipo de factores como, por ejemplo, fallas en el sistema de formación legal de los médicos, debilidad en la relación médico-paciente, entre otras. Muchos juristas reniegan de esta hipótesis ya que no ven, desde el punto de vista estadístico, razones ciertas como para hablar de una industria real en torno a este tema.
Más allá de esto, es cierto que los conflictos legales en torno a la actuación médica está en franco aumento, y varias pueden ser las razones para ello. Además, no caben dudas de que ciertas características de nuestro sistema legal favorecen esta alza. Una de ellas, sin dudas de gran importancia, se puede resumir en la frase “el beneficio de litigar sin gastos” y abarca el hecho de la repartición de costas en este tipo de procesos jurídicos. Hoy en día, en nuestro país, a un paciente le resulta absolutamente rentable iniciar un reclamo por estas vías ya que es al médico a quien le corresponde cargar con las costas del proceso, más allá del fallo a que se llegue. A esto hay que agregar que la presunción de culpabilidad tiene gran influencia también. En este tipo de casos, es el médico el que está obligado a demostrar que no se equivocó, y no es el demandante el encargado de demostrar el delito. Se puede ver, evidentemente, que la presunción de culpabilidad es anterior al de inocencia, exactamente lo contrario a lo que marca el resto del derecho. Evidentemente, casos en los que el demandante no tiene nada para perder pero, posiblemente, algo para ganar, se ven más asiduamente que otros que generan menos riesgos.
Sin embargo, como se dijo anteriormente, las causas de este fenómeno son muchas y obedecen también a factores más estructurales. En este sentido hay que decir que el sistema de salud, la relación médico-paciente y la mala formación de profesionales en términos legales también son determinantes. La saturación de pacientes en horas de guarida hace que cada médico no tenga el tiempo requerido por la Organización Mundial de la Salud -40 minutos- para la atención de cada uno, hecho que puede derivar en algún tipo de error durante la atención.
La relación medico-paciente y el deterioro que está experimentando puede llegar a ser también fundamental. Según publica el diario Clarín, Jorge Furlan, Coordinador General de Prudencia Compañía Argentina de Seguros General SA, una relación óptima garantiza menos casos de litigiosidad, ya que el error se convierte en algo más perdonable.
Por último, hay que decir que la escasa información legal que poseen los profesionales de la medicina hace también que este tipo de demandas comiencen a expandirse. Errores u omisiones básicas como pueden ser, por ejemplo, colocar iniciales en la historia clínica o no hacer firmar los consentimientos –entre otros- se convierten en herramientas legales útiles para el demandante a la hora de un proceso legal.
Frente a este panorama, el papel del seguro resulta determinante para la protección del profesional médico. Si bien es una cobertura de riesgos y, por ende, la oferta de este tipo de pólizas no es la más significativa del mercado, se trate de un producto que también está creciendo. Hoy en día, y bajo esta situación que presenta Argentina, los valores son variados y dependen, en gran medida, de la especialidad del médico. Actualmente se puede decir, a modo de ejemplo, que a un cirujano una póliza por un capital asegurado de $50000 le cuesta, aproximadamente, $1400; por un seguro de $100000 el valor es de $2000. Sin embargo, a un médico clínico, no tan expuesto a este tipo de demandas, el valor de una póliza se le presenta entre $300 y $500.
Evidentemente, muchos sen los reclamos que presentan, constantemente, los médicos en relación a este tema: Los cambios legales sobre los que más se hace hincapié son, fundamentalmente: tope en los montos indemnizatorios, cambios en el régimen de prescripción –actualmente, un paciente está habilitado hasta 10 años después de la atención para hacer el reclamo-, reducción de penas y cambios en el beneficio de litigar sin gastos.
No caben dudas de que los juicios por casos de mala praxis médica han sufrido un incremento notable desde hace un tiempo. Muchas pueden ser las causas pero, como se vio, las actuales características del marco legal argentino es el factor que más motiva este tipo de demandas. El seguro encuentra, entonces, un mercado que si bien conlleva algunos riegos, bien manejado puede llegar a ser tentador.
Salomé Zamora