Médicos: Stress profesional y Síndrome de Burn Out
El tema fue expuesto por la Licenciada en Psicología Cecilia Pili, integrante junto al Dr. Daniel López Rosetti del Gabinete de Psicología del Estrés y Psicofisiología perteneciente a la Municipalidad de San Isidro. La charla se realizó en Expo Medical 2008 en los predios del Centro Costa Salguero.
Cuando de trastornos psicológicos en el ámbito profesional se habla, necesariamente surgen nombres tales como estrés laboral, síndrome de Burn Out, Karoshi o estrés temático. Cada una de estas patologías tiene sus propias características.
El Dr. Daniel López Rosetti ha publicado un libro al respecto titulado “Epidemia del siglo XXI: Estrés”. En él hace una comparación entre dos personajes (un mono y un hombre) y sus diferentes reacciones ante una amenaza o situación de estrés.
“Cuando las tensiones y la presión resultan demasiado altas y/o continuas, y nuestra capacidad de resistencia es relativamente baja, se produce un desajuste denominado “distres” donde el organismo claudica en su capacidad de adaptación generando así alteraciones y trastornos progresivos a nivel físico, psicológico y social”, comentó la Lic. Pili.
Específicamente en el caso de los médicos, se han realizado estudios y encuestas para determinar causas y soluciones, ya que el estresor en esta profesión resulta cada vez más común. Los resultados informaron que las principales causas del estrés en los médicos se debían a los bajos salarios, exposición a toma rápida de decisiones, sobrecarga de trabajo en poco tiempo, aumento de la burocracia administrativa, pérdida del prestigio profesional, presión por juicios de mala praxis entre otras.
Aparejado, el Síndrome de Burn Out o de “desgaste” aparece como una respuesta al estrés laboral crónico. Surge mayormente al trabajar en contacto directo con personas. Los síntomas se traducen en cansancio emocional, robotización y falta de realización profesional. Éstos pueden evidenciarse tanto de manera individual como a nivel organizacional. Los primeros pueden aparecer como úlceras, pérdida o aumento de peso, distancia afectiva, aburrimiento, incapacidad de concentración, dolores musculares o sentimiento de omnipotencia. Los segundos pueden redundar en detrimento de la capacidad de trabajo, disminución de calidad de servicio que se presta a los pacientes, aumento de accidentes de trabajo, pasatismo laboral, aumento de ausentismo, comunicaciones deficientes, aumento de conflicto entre compañeros, etc. La lista parece ser interminable.
Conceptualmente, el estrés es la discrepancia entre la demanda de trabajo y los recursos que se tienen. Esto dependerá de cada persona y la forma de percibir las exigencias. El estrés puede tener origen interno como externo. A su vez, puede degenerarse en problemas físicos como gastritis o patologías cardíacas, o psicológicos tales como insomnio, depresión o trastornos de pánico.
A través del término “Karoshi” se dio a conocer a la patología que dejaba como resultado miles de muertos en Japón. El ideograma, de significado “karo” (exceso de cansancio) y “shi” (muerte), se originó en la década del ´80 con una gran ola de alrededor de 10.000 casos de muertes sin aparente razón. El fenómeno se daba a causa de la intensa competencia laboral en el país, consecuencia de la falta de trabajo y necesidad de supervivencia en los puestos.
Otra veta del estrés se presenta denominada como “estrés temático”. Se refiere a la sobreabundancia de información a la cuál estamos expuestos. Estudios demostraron que entre 1999 y 2002 se han creado tantos datos como en toda la historia de la humanidad. El 93% de la misma se halla en soporte informático, y ésta crece un 30% anual.
Como herramienta y parte de la solución es que se creó el gabinete de apoyo psicológico. Los especialistas trabajan con un psicoescanner. El equipo poligráfico mide las variables físicas que se modifican frente al estrés laboral, determinando la sensibilidad física al estrés psicológico.
Entre los remedios que se indican figuran el tiempo de ocio, buen sueño, alimentación balanceada, actividad física y apoyo social o familiar. ¿Será que las aseguradoras están preparadas ante estos riesgos?
Constanza Paulos