Acusan a aseguradora Willis de respaldar a Stanford
Una demanda de un venezolano que busca convertirse en una acción colectiva en nombre de cientos de inversionistas latinoamericanos afirma que una aseguradora londinense daba información falsa al respaldar posibles inversiones con el detenido financista R. Allen Stanford, acusado de organizar una estafa piramidal de 7.000 millones de dólares.
La demanda dice que Willis Group Holdings, con sede en Londres y en cuyo nombre se acaba de rebautizar la torre Sears de Chicago, y su filial estadounidense entregaron cartas entre el 2005 y el 2008 que les daban a los inversionistas una equivocada sensación de seguridad respecto de los certificados de depósito que ofrecía el banco de Stanford en la isla caribeña de Antigua.
Las cartas afirmaban que la aseguradora Lloyd’s de Londres garantizaba las operaciones de Stanford y que las finanzas de éste habían sido auditadas en forma independiente. En realidad, dice la demanda, los certificados no estaban asegurados y el auditor era una pequeña firma de Antigua que Stanford controlaba.
«Willis le dio estas cartas a Stanford, y a veces directamente a los inversionistas, sabiendo que las afirmaciones eran falsas, o con serio descuido respecto de la veracidad de las cartas», dice la demanda presentada por el venezolano Reinaldo Ranni, representado por el abogado Luis Delgado, con oficinas en Miami.
Un vocero de Willis dijo que la compañía no haría comentarios sobre la demanda, presentada el viernes en la corte federal en Miami. La demanda busca un resarcimiento por daños en nombre de hasta 2.100 inversionistas. Ranni dice que él perdió 2,5 millones de dólares.
Stanford y tres ejecutivos del desaparecido Stanford Financial Group, con sede en Houston, están acusados de orquestar un colosal fraude de pirámide, haciendo uso indebido de buena parte de los 7.000 millones de dólares que los clientes invirtieron en certificados de depósito del Stanford International Bank, con sede en Antigua.
Stanford podría ser condenado a 250 años en prisión y sus activos han sido inmovilizados.
Gran parte de esas inversiones eran de cientos de latinoamericanos y fueron manejadas en la oficina opulenta de Stanford en un rascacielos del centro de Miami. La demanda de Ranni asegura que las cartas de Willis eran una de las principales razones por las que los inversionistas se sentían tranquilos respecto de unos certificados que rendían tasas mucho más altas que los promedios del mercado.
Las cartas de Willis decían que el banco de Stanford era manejado por «gente de negocios de primera clase» y que Lloyd’s de Londres había asegurado al banco hasta por 12 años. También citaban una auditoría «estricta» de una firma externa.
La demanda pide al juez que la apruebe como acción colectiva en nombre de todos los inversionistas que se guiaron por las cartas para invertir con Stanford. Más de 2.100 cuentas se abrieron en Miami, dice.
Unos 3.000 inversionistas mexicanos presentaron una demanda similar en Dallas el 2 de julio, en la que exigen pagos por daños que podrían superar los 1.000 millones de dólares.
En tanto, en Houston, los abogados de Stanford apelaron la decisión de un juez federal de negarle al ex financista la libertad bajo fianza en una presentación ante la Corte Federal de Apelaciones del 5to Circuito en Nueva Orleans.
Stanford tiene doble ciudadanía de Estados Unidos y Antigua, y los fiscales dicen que tiene acceso a millones de dólares. El juez David Hittner consideró que hay un serio riesgo de que escape y revocó una fianza de 500.000 dólares.
Fuente: AP