TBA – QUIEBRA
¿Quién responde por los damnificados?
(La historia se repite)
Finalmente y como era previsible, el Juzgado que entiende en la convocatoria de acreedores desde el año 2005 por la empresa de los Cirigliano dio lugar a la quiebra.
Con una cobertura de póliza caída por mala suscripción del riesgo desde inicio y con monto asegurado insuficiente; el final estaba anunciado. Jamás nadie pensó que las tragedias de Castelar y Once sucederían, pero de eso se trata el seguro. Asegurar un riesgo probable.
Me pregunto cómo y quienes participaron de la negociación de la cobertura, si el riesgo era superior a la solvencia de cualquier aseguradora lo correcto ¿hubiese sido reasegurar? Léase, repartir las responsabilidades para el supuesto de que el evento dañoso suceda a los efectos de poder responder.
¿Quién es el Broker o PAS responsable de la operación? ¿No se trata de una evidente y manifiesta mala praxis en asesoramiento? Asimismo se me ocurre preguntar una vez más por la ausencia o indiferencia del órgano creado para controlar; la SSN. ¿Quién autorizo esta póliza?
Si bien estamos ante una larga historia los personajes se repiten, son los mismos, van cambiando de rol durante el transcurso del tiempo.
Los Cirigliano forman parte de una de las familias cuyo imperio de empresas resultan ser de los más poderosos, iniciando la obtención de beneficios por parte del
Estado desde los años 90 al conseguir la concesión de TBA.
En sus inicios allá por 1959 la familia dio su puntapié inicial con la compra de un interno de una línea de transporte urbano. Más adelante y con el correr de los años lograron adquirir una línea urbana completa. Desde ese entonces a hoy los negocios vinculados y entrelazados en sintonía con el poder político de turno son muchos.
El grupo económico se compone por Transporte automotor Plaza, Mayo Transporte Automotor, Transporte Mariano Moreno, Transporte 104, Ecotrans, Dumas cat, Plus Ultra Mercobus y El Rápido Argentino. Además se los vincula con irregularidades como las dadas en LUA Seguros y Seguros La Porteña ambas aseguradoras que dejaron un tendal de juicios sin resolver y sin fondos para responder.
Para concluir lamentablemente solo resta por decir que los únicos perjudicados son los damnificados, algunos víctimas y familiares de las tragedias que dan inicio a estos litigios pero también aquellos que tuvimos la “suerte” de no estar en esas formaciones, puesto que TODOS y TODAS terminaremos pagando (vaya uno a saber cuándo)los daños ocasionados, a través del Estado.
Con la premisa cada vez más concreta que hoy todos podríamos ser uno de las 51 víctimas de Once o de las 40 de Castelar. Con la seguridad de que reina la impericia y negligencia en quienes ocupan puestos de gran envergadura y que jamás serán responsables por sus actos, además de la inseguridad de saber que quienes deben controlar y velar por nuestros intereses y derechos desconocen su función y nunca serán sancionados.
La historia en seguros se repite, solo por mencionar una. La liquidación del Inder lleva 22 años o más de proceso aun sin resolver.
MA!@madarok
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