ARGENTINA EN TIEMPO REAL: POLITICA, ECONOMÍA Y SINDICATOS.
En el marco del evento “Proyecciones Económicas para Operaciones Logísticas”, llevado a cabo el día 26 de Agosto en la sede de la Sociedad Rural, se planteó un interesante análisis de la situación por la que atraviesa nuestro país realizado por expertos, desde el punto de vista político, con Rosendo Fraga, macroeconómico con Juan Luis Bour (FIEL) y Laboral/Sindical, con Lucio Zemborain (FADEAAC).
Desde el lado de la política, el primer tema a analizar para el año 2016 independientemente de quién asuma la presidencia, estará dado por la gobernabilidad. Actualmente las intenciones del oficialismo y en particular de la familia presidencial están claras: entregar el gobierno pero conservar el poder. Así lo han expresado reiteradamente, en un primer momento Máximo Kirchner, que reprodujo la frase anterior en el acto que brindó en Argentino Juniors, en segundo lugar la propia Presidenta cuando por el mes de Abril dijo que mejor que el que venga gobierne bien porque sino la obligarían a regresar en el 2019 y últimamente hace unas tres semanas Wado De Pedro, cuando remarcó que Cristina será candidata a senadora nacional por la Provincia de Buenos Aires en el año 2017. La estrategia es totalmente transparente, para llegar en 2019 a asumir nuevamente la presidencia necesita en el 2017 un puesto intermedio.
Ahora bien, el presidente que surja a partir del mes de Diciembre deberá afrontar importantes remanentes del kirchnerismo que podrán traerle más de un dolor de cabeza, como ser Parrilli al mando de la Agencia de Seguridad, Gils Carbó al mando de la Procuración, Vanoli al mando del Banco Central y sobre todo un Congreso que seguramente no renovará la situación de emergencia que está asentada desde hace 12 años y que hoy en día le da al oficialismo total discrecionalidad en el gasto. Por otra parte, tengamos en cuenta que la crisis es inminente, pero el gobierno hace lo posible por ocultarla, por tanto es mucho más fácil tomar el poder con una crisis económica explícita que con la que se oculta. Y a ello se suma un ciclo económico global complicado a nivel internacional.
¿Cómo podemos darnos cuenta si el nuevo Presidente logró debilitar al kirchnerismo? Será fundamental seguir de cerca si logró impedir que Cristina se quede con el control de la Cámara de Diputados (quiere ubicar en ese puesto al camporista Wado De Pedro), ver si logró tomar la presidencia del Banco Central y del órgano de inteligencia y también si se logró arreglar con los holdouts.
Chances de los Presidenciables. Actualmente Scioli tiene más chances de ganar por varios factores: en primer lugar es el candidato del poder, segundo en nuestro país tenemos un sistema de ballotage atenuado (gana en primera vuelta quien logra más del 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos del candidato anterior), en tercer lugar la oposición está dividida y en cuarto lugar el oficialismo ganó las Paso con una diferencia de 8,4 puntos y la experiencia indica que quien gana las paso tiene el 90% de chances de quedarse con la presidencia.
La oportunidad de Macri para ganar depende fundamentalmente de dos factores: en primer lugar que la economía se complique, hasta hace un mes el gobierno había logrado mantener bastante bien esta cuestión, al menos controlada, sobre todo el valor del dólar, pero en este último tiempo a pesar de los variados intentos infructuosos, el dólar se dispara cada vez más y la inflación lo acompaña. El segundo factor es un cambio en la actitud política, un debate de los tres candidatos de la oposición Macri, Massa y Stolbizer discutiendo políticas de Estado podría ser una buena foto para un futuro escenario de ballotage.
El panorama económico no es mucho mejor que el político, sino todo lo contrario. En primer lugar, está marcado por una reducción del margen para gradualismos, hay una necesidad de resolver situaciones que son urgentes en su mayoría debido al ajuste que están atravesando los países de Latinoamérica por la debilidad de sus economías, a lo que se suma la devaluación del Yuan y una deflación en dólares, el menor crecimiento mundial que se prevé para este segundo semestre, el ajuste de los precios de los comodities al nuevo escenario, un clima que resultó favorable para la cosecha en el año 2015 pero se espera que no sea así en el 2016 y una Argentina con crecimiento nulo, un déficit financiado con emisión y reservas y un agotamiento de las reservas propias del Banco Central. Puntualmente Argentina está atravesando una crisis típica de los años 60, la pregunta es si habrá que recurrir nuevamente al Fondo Monetario. A todas estas situaciones se suma que si bien las importaciones bajaron lo que implica una reducción de costos, las exportaciones también lo hicieron, la tasa de empleo cayó 1,5 puntos en menos de 3 años (a contrario de lo indicado por el gobierno, que en realidad se ve tergiversado por el aumento terrible del empleo público, hoy en día un 22% del total). El gasto público ha alcanzado niveles inimaginables, a razón del 40% de aumento anual, debido sobre todo a las pensiones, téngase en cuenta que tenemos pensionados por más del 100% de la población mayor a los 60/65 años (ello es así porque hay pensionados menores de esa edad también). La escasez de reservas es hoy en día un gran inconveniente: se estima que para fin de año la reserva será de 26.000 millones, pero si le descontamos los yuanes de China, y los prestados a corto plazo se estima que las mismas quedarán en tan sólo 1.000 millones.
El escenario que se espera para el 2016 es complejo, sobre todo si el triunfo es del oficialismo, caracterizado por controles extremos, anticipo del programa de ajuste y pocos márgenes para la nueva administración:
Aumento de tarifas sobre todo energía, agua y transporte. Devaluación fiscal, reducción o eliminación de algunas retenciones.
Aumento de la presión tributaria
Blanqueo con objetivos fiscales
Devaluación moderada o doble mercado de cambios
Freno a la venta de dólar ahorro o con fines turísticos
Ampliación Swap con China. Negociación para liquidar productores y holdouts.
Se mantiene la represión financiera, comercial y de precios. Freno al crecimiento del empleo público y al ingreso de nuevos pensionados.
En el plano sindical, la era Kirchner comenzó con una alianza estratégica con un sector del sindicalismo encabezado por Moyano, con el fin de ganar la calle con grupos de poder sobre todo de movilización. Se logró una unidad de la fuerza sindical, con Moyano a la cabeza, pero pronto se produjo la primera escisión que fue la de Barrionuevo. No obstante, se mantiene vigente hasta el año 2011 que es cuando se produce la ruptura con el gobierno. Comienza una nueva CGT llamada Balcarce por su proximidad con el gobierno, pero tiene un escaso poder de convocatoria y conflicto.
En cuanto a la negociación salarial, la misma comenzó en cabeza del Ministerio de trabajo, con la idea de que no superara el 30%. Hubo una activa participación del Ministro de Economía, quien fijó un tope de suba del 27,8%. Si bien formalmente la mayoría de los gremios acordó por ese porcentaje, lo cierto es que fuera del acuerdo, en el desarrollo de las cláusulas se fijan sumas que en definitiva representan un aumento, como adicionales, plus por antigüedad, viáticos, etc.
La situación laboral actual está marcada por tres temas: la modificación del marco jurídico (sanción de 50 leyes laborales, todas incrementaron los costos que muchas veces no se trasladaron a los precios, ley de creación del REPSAL, registro donde se inscriben a los empleadores irregulares), aumento de la litigiosidad (más juicios y cada vez por montos mayores, aplicación de multas y sanciones que los jueces realizan ante el menor indicio y sin ningún criterio. También se incrementó el número de juicios de empleados de proveedores, donde la justicia termina condenando a quien contrató al proveedor y los juicios por accidentes laborales o enfermedad laboral tuvieron un crecimiento exponencial, lo que provocó también un aumento en la alícuota de las ART) y finalmente aumento de los costos causídicos por altas tasas de interés (La Cámara Laboral fijó un interés del 36%, que resulta extremadamente elevado. Los jueces tienen una clara posición anti empresa que hace imposible la actividad).
Como vemos tanto el panorama político como el económico y el sindical, están atravesando momentos de crisis y transformaciones, que deberemos analizar cómo se desarrollan de aquí a las elecciones de Octubre, donde por el momento están puestas todas las miradas.
Dra. Gabriela Melina Alvarez
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