NUEVA MODALIDAD: EL FRAUDE EN LAS EMBARCACIONES PESQUERAS
Las modalidades de fraude a las aseguradoras, van mutando y de esa forma acompañando el cambio y desarrollo de la sociedad en la que vivimos. De empresarios que prendían fuego sus empresas para disimular una inminente quiebra pasamos a bandas organizadas que se dedicaban a romperle los huesos a los clientes, simulando un siniestro y cobrando de esa forma abultadas indemnizaciones. Sin embargo, a partir del año 2010 surge una nueva figura relacionada con las embarcaciones de pesca de aguas profundas, una flota totalmente obsoleta, en pésimo estado de conservación, que necesita ser renovada. Lo que parece no cambiar sino por el contrario cada vez se acrecienta más es que para cometer uno de estos ilícitos se necesita la complicidad de un grupo de personas dispuestas a todo para recibir un dinero extra. Y es que como mencionó el investigador Sr. Alberto Sarfati, en el ámbito del “Congreso de Fraude llevado a cabo en la Provincia de Córdoba”, la investigación cada vez se vuelve más complicada porque “ya no sabemos quién es quién, de qué lado está cada uno e incluso si las autoridades que nos deben proteger están del lado social o son polifuncionales”. En algún momento el aumento de fraudes se relacionó con el alto grado de desocupación reinante, sin embargo ahora no sólo hay menos desocupación sino que además hacen horas extras.
El investigador, destacó la diligencia y profesionalidad con la que se desempeñan algunas compañías de seguros en la detección de este tipo de ilícitos y señaló como fundamental la actividad del perito naval como colaborador.
Actualmente los siniestros se producen no sólo en el puerto de Mar del Plata, sino también y principalmente se dio el surgimiento de un nuevo puerto muy famoso como es el de Concepción del Uruguay, el cual abrió sus puertas a estos buques pesqueros y donde el costo de amarra es mucho más barato que en los puertos argentinos. Recientemente se han quemado tres buques muy importantes, asegurados en más de 1.500.000 dólares, situación que a nadie parece haberle llamado la atención y es que, en opinión del Sr. Sarfati, a pesar de ser muy pocas las aseguradoras que brindan cobertura a este tipo de riesgos, hay una clara falencia en la fluidez de la comunicación entre ellas. Lo cierto es que el estado de las embarcaciones argentinas es lamentable, al punto que algunas se hunden solas.
Como ejemplo de esta nueva modalidad, el investigador Sarfati presentó uno de los casos más resonantes de fraude en embarcaciones pesqueras que tuvo lugar en los últimos tiempos, se trata del naufragio de los buques pesqueros Orion 1 y Victoria del Mar 1. En el primer caso el armador, reclamaba ni más ni menos de 1.800.000 dólares por la pérdida sufrida. Un común denominador en este tipo de siniestros es que suele no haber víctimas fatales ni lesionados, con lo cual tienen todo el tiempo del mundo para que la embarcación se hunda sola. Sin embargo Argentina constituye un mundo aparte, en nuestro país, sí es común que en los buques de pesca se pierdan vidas, sin ir más lejos este año ya vamos 4 naufragios con fallecidos.
En el caso del Orion 1, la Aseguradora tomó la política de investigar el siniestro a fondo. Para ello designó a un investigador que se ocupó de entrevistar no sólo a los tripulantes de esa embarcación sino también a los capitanes de los dos buques que habían concurrido en auxilio ante la noticia del naufragio. De esta investigación y como resultado de un gran trabajo de búsqueda de información y recopilación de datos, se pudo arribar a la conclusión de que la Prefectura Naval Argentina, había dado aviso a los dos capitanes de los buques más cercanos al Orion 1 para que rescataran a la tripulación, una hora y media antes del primer aviso de auxilio del Orion, lo cual permitió inferir que había una connivencia entre el capitán y el armador para asegurarse el resultado de la maniobra. Para continuar con la investigación, se contrató un equipo de buzos tácticos que localizaron la ubicación del barco hundido y finalmente se sumergieron. Al hacerlo pudieron advertir lo impensado: el buque no contaba con daño alguno en el casco, sino que se le habían extraído las tapas de las bocas de mar (lugar por donde ingresa el agua de mar y refrigera los motores) y los filtros y no sólo ello, sino que también se los habían llevado. Además, faltaban elementos del barco y los tanques de nafta estaban totalmente vacíos.
Para que tengamos una idea del alcance de estas organizaciones, el día que la compañía se presentó en la Fiscalía de Mar del Plata que tendría este tema a cargo, se vieron demorados para poder radicar la denuncia, porque unas horas antes habían secuestrado a la esposa e hija menor del fiscal que entendería en la causa.
Como conclusión de esta investigación, podemos afirmar que el descubrimiento de un fraude es un trabajo en equipo, dirigido por una clara intención de la aseguradora de llevarlo adelante, sin importar los costos y las consecuencias económicas, tomando al gasto como una inversión. Se vuelve fundamental trabajar sobre la prevención, pues cuando el siniestro ocurre ya es cosa juzgada. Lo cierto es que los barcos deberían ser inspeccionados previamente, contamos con la flota más obsoleta de toda América y de algunos países del mundo, las superficies de los barcos están totalmente destrozadas. Cuando ya tenemos el siniestro no hay forma de evitarlo, lo único que podemos hacer es tratar de minimizar las consecuencias pero en la realidad, ello resulta insuficiente.
Dra. Gabriela Melina Alvarez
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