BALANCE DE FIN DE AÑO: MUCHAS NOVEDADES Y A LA ESPERA DEL CAMBIO.
Todo fin de año implica el cierre de una etapa, una parada en el camino y la necesidad de mirar hacia atrás y hacer un balance de lo sucedido al menos en el año que pasó. Mucho más cuando ese fin de año, trae como adicional el fin de una gestión, de un período relativamente largo de tiempo. Me refiero al término de la gestión del Licenciado Juan Bontempo y su paso por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
Durante estos últimos años han sucedido gran cantidad de novedades en el ámbito asegurador, algunas buenas y otras no tanto, pero lo cierto es que el mercado ha sabido acomodarse y hasta defenderse cuando alguna medida no le parecía del todo viable. El Planes 2012-2020, un plan estratégico para el sector, fue desde ya una buena idea, con objetivos pre fijados que consistían en el fomento de la cultura aseguradora y con ello el aumento de la injerencia del rubro en el PBI argentino. Otras medidas resonantes que se adoptaron en este período fueron el sistema de reaseguro nacional, la clara inclinación de la SSN a la defensa del asegurado-consumidor en su máxima expresión con la creación del DOAA, o departamento de defensa del asegurado, la repatriación de capitales de las inversiones de las compañías, el tan cuestionado inciso k, la entrega de credenciales y diplomas para PAS con intención de profesionalizar la actividad, la homogeneización de coberturas con las nuevas cláusulas, el desarrollo de un seguro para el agro como fue la implementación de los seguros índice y un intento por desarrollar y expandir la cultura aseguradora. Todo ello estuvo atravesado, por la entrada en vigencia el día 01 de Agosto de este año del Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que si bien como ese cuerpo lo indica expresamente no modifica la ley de seguros, pero sin embargo produce cambios en la actividad aseguradora.
El mercado asegurador cierra un año que en líneas generales logró un buen desempeño, con un nivel de crecimiento superior al de la economía real, especialmente en lo que hace al rubro de autos y riesgos del trabajo.
Sin embargo, como corolario de esta etapa, han quedados numerosa cantidad de materias pendientes, que serán temas a tratar por las nuevas autoridades y el plan de gestión estratégico para el sector que se decida adoptar, entre ellas podemos destacar:
ØLa necesidad de fomentar el desarrollo de productos más sofisticados, como el seguro de vida, el de retiro y los seguros con componentes de ahorro. Estos seguros requieren no sólo un nivel más alto de ingresos en la población, sino también mayor educación y cultura aseguradora, además de un contexto político y económico estable que fomente este tipo de riesgos a través, por ejemplo, de las desgravaciones impositivas que se vienen reclamando hace ya bastante tiempo. Se trata de instrumentos de financiación personales y familiares a largo plazo.
ØLa creciente inflación deteriora las sumas aseguradas, lo que hace que muchos riesgos tengan importantes infraseguros.
ØLa caída en la venta de autos tanto 0 kilómetro como usados que se viene registrando este último tiempo, también afecta de manera directa al rubro asegurador.
ØEl creciente e imparable aumento de la litigiosidad en riesgos del trabajo, que pone en jaque al sistema, que a pesar de haber mejorado notablemente las prestaciones dinerarias y en especie, no logra parar la lluvia de demandas, poniendo en la mira principal al poder judicial.
ØImperiosa necesidad de aumentar las tarifas, no sólo debido a la inflación, sino también al aumento de repuestos. Si comparamos el aumento de otros servicios similares (cable, celular, entre otras) nos daremos cuenta de lo poco que aumentaron los seguros en relación.
El desafío para esta nueva etapa viene dado por lograr un mercado que mejore su rentabilidad y por ende sea más solvente, por la necesidad de contar con medidas claras por partes de los entes reguladores, una imperiosa necesidad de diálogo y consenso entre los distintos actores y un real fomento de la cultura aseguradora para que llegue a todos los sectores y ello provoque de manera indirecta un aumento de la penetración del seguro en el
PBI, objetivo fundamental para el cumplimiento del Planes de cara al 2020.
Por todo ello, le deseamos suerte al nuevo Superintendente y que el año entrante nos encuentre evaluando una gestión altamente provechosa para el sector.
Dra. Gabriela Melina Alvarez
Gabriela.alvarez@segurosaldia.com
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