FRAUDE EN EL SEGURO EN SU MÁXIMA POTENCIA: SE AMPUTA LA MANO PARA COBRAR

Un agricultor, que estaba atravesando serios problemas económicos, decidió fingir un accidente de tránsito tirando su vehículo a un terraplén, para poder hacer frente al pago de una hipoteca, en España. Previamente había contratado seguros con 8 compañías, tres de las cuales abonaron el siniestro que ya se encontraba en etapa judicial.

El agricultor recibió ayuda de terceros para cortarse la mano con un elemento cortante y luego terminó el proceso con un torniquete para controlar la hemorragia. Colocó la mano amputada a los pies del asiento del conductor, prendió fuego el auto y llamó al servicio de emergencias. Sin embargo, la maniobra no salió como lo esperaba, y luego de ser sometido a un proceso judicial, fue condenado a 4 años de prisión por delito continuado de estafa y una multa de 3.000 euros. Asimismo, deberá devolver a las compañías a las que engañó la suma de 335.000 euros.

Los indicios de la comisión del fraude, estuvieron dados por el perfil del asegurado, el cual no justificaba la contratación de tantas pólizas en tan poco tiempo. Respecto de su situación patrimonial, no tenía tampoco medios para poder hacer  frente al pago continuado de tantos seguros. Al parecer los problemas económicos que lo aquejaban se debieron a obras que realizó en su casa, que provocaron un embargo sobre su vehículo y una hipoteca sobre la misma.

El fraude en el seguro alcanza límites insospechados como el caso recién comentado. La necesidad económica y la existencia de organizaciones mafiosas que se aprovechan de la gente que menos tiene, hacen que cada vez sean más los siniestros fraudulentos, fomentados por la falta de conciencia respecto de que estafar a una aseguradora también es un delito. Estas prácticas, generan grandes pérdidas económicas, no sólo para la aseguradora que los sufre sino también para todo el conjunto de asegurados, dado que la compañía debe aumentar los costos porque debe destinar más dinero a la contratación de estudios investigadores y empleados que se dediquen a descubrir los fraudes. Una agresiva política de detención temprana de siniestros sospechosos, sumado al cruce de información entre las compañías, se vuelven fundamentales hoy en día.

Dra. Gabriela Melina Álvarez

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