Las Pymes en China: la flexibilización monetaria no será suficiente para reducir la presión crediticia
Al considerar el riesgo en la economía China, gran parte de la discusión se ha centrado en las grandes empresas estatales o grandes conglomerados privados. Sin embargo, los vientos adversos que afectan a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) no deben ser descuidados. Las Pymes están luchando por acceder a los recursos financieros para satisfacer sus necesidades de capital de trabajo y de expansión a largo plazo, en medio de una inminente guerra comercial con los Estados Unidos y un rápido deterioro de las condiciones de financiación. Dada su importancia en la economía China, es probable que los estrategas políticos tomen medidas para impedir que las Pymes se conviertan en el eslabón débil. Varias medidas podrían ser útiles: un estímulo fiscal prudente, un enfoque racional para regular la banca en la sombra y un cambio a tasas de interés más basadas en el mercado para recompensar los procedimientos de suscripción que asignan retornos de riesgo adecuados.
Las Pymes experimentaron condiciones financieras más estrictas en el primer semestre de 2018
Las Pymes son la columna vertebral de la economía china: representan el 97% del total de las empresas, el 60% del PIB y el 80% del empleo urbano total. Además, son más prominentes en los sectores de manufactura y comercio al por mayor y al por menor. Recientemente, estos sectores han sido objeto de escrutinio por temor a que se vean afectados negativamente por el aumento de los vientos adversos. La manufactura incluye actividades que se han sometido a nuevas tarifas implementadas como parte de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Las Pymes en estos sectores podrían tener dificultades para absorber el aumento de costos, lo que conlleva mayores riesgos crediticios. Los sectores mayoristas y minoristas no están exentos de presiones similares, ya que muchas de estas empresas verán aumentado el costo de sus insumos, lo que dará lugar a márgenes más reducidos. Además, estas empresas también tendrán que lidiar con un entorno financiero más restrictivo, como consecuencia de una liquidez más ajustada del banco central mundial.
Los altos niveles de endeudamiento y la mala asignación de capital se han convertido en un riesgo para el crecimiento chino, algo que los responsables de las políticas conocen bien. A partir de la primera mitad de 2018, China decidió empujar a las empresas hacia el desapalancamiento mediante la reducción de la financiación alternativa riesgosa («banca en la sombra»). Si bien la banca en la sombra a veces se encuentra en los límites del marco regulador existente, constituye, no obstante, una fuente importante de financiamiento para las Pymes. Su represión tuvo efectos muy negativos en las necesidades de financiamiento de las Pymes ya estresadas: el crecimiento de los préstamos a las Pymes se desaceleró y solo el 20% de los préstamos bancarios se destinaron a las Pymes en el primer semestre de 2018, un 30% menos que en el primer semestre de 2017. El acceso a los préstamos de capital de trabajo puede ser aún más restrictivo que los préstamos normales, dados mayores riesgos crediticios y bajo apetito por parte de los bancos.
Una visión menos negativa de la banca en la sombra ayudaría a reducir las presiones sobre las Pymes
Los formuladores de políticas en Beijing han dado marcha atrás en el endurecimiento de la política monetaria, mientras que los reguladores han expresado su apoyo a las Pymes. Sin embargo, esto no será suficiente para reducir por completo la incertidumbre en torno a las Pymes, ya que es probable que los bancos sigan siendo reacios a conceder préstamos a segmentos del sector privado con credenciales crediticias más débiles. Además, se espera que las pautas de suscripción más estrictas limiten el crédito a las Pymes que actualmente participan en el comercio con los Estados Unidos, ya que las incertidumbres aún persisten en este frente.
Una visión menos negativa de la banca en la sombra ayudaría a aliviar las presiones sobre las Pymes, ya que complementa al sector bancario formal al proporcionar servicios que no son adecuados para los bancos estatales. Un movimiento hacia tasas de interés más flexibles también favorecería la eliminación de algunas de las barreras que actualmente interfieren con los préstamos a Pymes.
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