Sucesiones, herencias y enfermedades: situaciones que ayuda a resolver un seguro de vida
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Los gastos impostergables que empiezan a surgir una vez que una persona muere, por lo general, son bastante elevados
Cuando fallece un familiar, lo último que desean sus seres queridos es tener que ocuparse de deudas contraídas y gastos relacionados con la herencia. Aunque el seguro de vida está asociado a recibir un monto tras la muerte de una persona hay que tener presente que contratar ese tipo de cobertura conlleva mucho más: significa pensar en los beneficiarios y permitirles hacer frente a las erogaciones que se van presentando sin que se vean afectados sus patrimonios.
Los gastos impostergables que empiezan a surgir una vez que una persona muere por lo general son bastante elevados y es ahí donde los seguros de vida adquieren mayor importancia.
En lo que respecta a la sucesión de una propiedad, que es el gasto más común, hay que pensar en pagar de honorarios entre un 8% y un 25% del valor patrimonial en cuestión. Si bien todo es negociable, lo fundamental es establecer qué valor se toma como referencia de la propiedad (¿el fiscal o el real?) y utilizar parte del seguro para costear ese trámite. Lo mismo ocurre cuando el fallecido era dueño de varios vehículos y ahora hay que transferirlos a los herederos.
Si bien la cobertura más básica del seguro de vida es el fallecimiento a causa de una enfermedad o accidente, también puede cubrir otros riesgos como la incapacidad temporal o permanente o el diagnóstico de enfermedades graves.
Por eso, no es descabellado pensar que una persona soltera -aunque no tenga herederos- también requiera una cobertura de este tipo. Quienes viven solos son otro de los grupos que más necesitan tener un respaldo económico por si algo les ocurre ya que dependen únicamente de su propio salario para subsistir.
El monto máximo que se paga es $6.500.000 y hay que tener en cuenta que todos los productos tienen una cláusula de actualización anual que se rige por el índice CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia).
Uno de los puntos más convenientes de la contratación de un seguro de vida es que se puede deducir del Impuesto a las Ganancias. Para este año fiscal 2022 se puede deducir hasta $24.000 anual en concepto de cuotas del seguro.
El costo mensual del seguro de vida para mujeres de 40 años arranca en los $219 para una suma asegurada de $500.000 en caso de muerte. Luego le sigue la opción de $1.313 por mes para una suma intermedia de $3.000.000 y finalmente una cuota de $2.846 para un tope de $6.500.000.
En el caso de hombres de la misma edad, la cuota más baja inicia en $251 para cubrir $500.000 en caso de muerte, $1.508 para cubrir la suma de $3.000.000 y, por último, $3.268 para acceder a $6.500.000.
En ambos casos también se ofrece una suma asegurada que cobra el titular en caso de contraer alguna enfermedad grave como cáncer, insuficiencia renal, apoplejía, entre otras; que va desde los $125.000 hasta $1.625.000, según se opte por la cuota mensual más baja o la más alta.
* Gerente de Desarrollo de Negocio de Galicia Seguros
FUENTE: BAENEGOCIOS
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