¿La vida será un juego?
Muchos se preguntan cuánto hay que prestarle atención al metaverso, este nuevo espacio virtual, interactivo y comunitario en donde la afluencia de usuarios, pero también de empresas, viene creciendo a un ritmo muy veloz.
Seguramente hace unos 30 años, en la década del ’90, el mismo interrogante surgía al hablar de Internet, cuya conexión era de 28K y para unos pocos. Su penetración actual es tan masiva, que según el informe “Digital 2022” realizado por We Are Social y Hootsuite, en enero de 2022 había 4.950 millones de personas conectadas a Internet, lo que representa el 62,5% de la población mundial.
Este desarrollo digital de nuestras vidas trajo consigo el crecimiento del mundo “gamer”, el primer paso hacia experiencias de inmersión e incluso la creación de un nuevo segmento de negocios. Tal es así que, de acuerdo a un reporte de Globant sobre el Metaverso, en 2021 había cerca de 3.240 millones de “gamers” en todo el mundo (un 40% de la población mundial). Y, hablando de negocios, el informe señala que en el año 2020 los “gamers” gastaron USD 54.000 millones en contenido dentro de distintos videojuegos y la expectativa es que esa cifra supere los USD 74.400 millones en 2025.
Sobre esta base es que el metaverso viene ganando espacio, tanto en la vida de las personas como de las empresas. Lógicamente, empresas del sector de IT como Facebook, Apple y Microsoft pretenden ser actores preponderantes en estos universos. Por ejemplo, Microsoft ya ha implementado Mesh como una nueva experiencia de reuniones virtuales, siendo la evolución del Teams. Sin embargo, la atracción no se reduce sólo a empresas tecnológicas, dado que compañías de la talla de Adidas y Nike, Samsung, HSBC, JP Morgan, BMW o Gucci, entre otras, han comprado su espacio en el metaverso.
¿Y en seguros? El sector asegurador también, por supuesto, va lentamente dando sus primeros pasos en este camino. Tal es el caso de la aseguradora AXA France, que en febrero de 2022 adquirió un terreno en el Sandbox (un metaverso basado en Ethereum) y se posicionó como una de las primeras compañías de seguros relevante a nivel global en incursionar en este nuevo espacio. Lo propio había hecho una de las pioneras, la aseguradora de vida coreana Heungkuk, dentro del Metaverse Alliance, un metaverso impulsado por el gobierno coreano en donde se encuentran otras empresas del país como Samsung y Hyundai.
Asimismo, por el lado de la intermediación pueden encontrarse experiencias en el metaverso. En marzo de este año, IMA Financial Group (USA) presentó IMA Web3Labs, “la primera instalación de investigación y desarrollo de gestión de riesgos y seguros del metaverso” en Decentraland, de acuerdo a lo comunicado oportunamente a la prensa, con el objetivo de “explorar los riesgos asociados con los metaactivos digitales desde el metaverso”.
Es que si bien todo es incipiente y está en etapa de descubrimiento, se sabe que habrá oportunidades para el sector asegurador. Oportunidades que derivan de nuevos riesgos, como la protección de los activos digitales o un mayor impulso a coberturas de cyber riesgos, pero también de riesgos tradicionales, porque se espera una mayor demanda de seguros por un incremento de accidentes domésticos, por ejemplo, o los relacionados con la salud (física y mental).
Para graficar esta conclusión, vale mencionar datos de la aseguradora Aviva, el sexto grupo asegurador del mundo y el primero de UK, que dan cuenta que como consecuencia de accidentes en el hogar, derivados del uso de lentes de realidad virtual mientras se está en el metaverso, los reclamos se incrementaron un 31% en 2021 respecto del 2020, con un costo promedio de 650 Libras, principalmente como consecuencia de la rotura de Tv’s.
En síntesis, comenzamos diciendo que muchos se preguntan cuánta atención hay que prestarle al metaverso, respuesta que seguramente diferirá en función de la realidad de cada organización dentro del sector asegurador. Lo que sí queda claro, es que hay que prestarle atención, porque el metaverso y sus implicancias en el seguro son una realidad, y no precisamente virtual. |